Grand Chelem: vuelo y veredicto

Último de los dos mini-reportajes que se centra en la prueba de vuelo y valoración general de éste kit de Topmodel. Si no te va el tema de Quickie 500 o las disciplinas de velocidad en RC, no pierdas el tiempo leyendo lo siguiente.

(Para el reportaje acerca del montaje del kit, mirar un poco más abajo...)

Tras un pequeño parón provocado por las últimas lluvias y otros fenómenos, el que suscribe se dispone a la prueba de vuelo de nuestro animalito. Previa a la misma, el pequeño reportaje fotográfico, por si acaso.

Puesto aquí muy mono él:

Los recorridos de mando y centro de gravedad han sido los indicados en el manual. Para la prueba se ha contado con la ayuda del bicampeón de España de la especialidad Fernando Bañón.


Ajuste de motor, nos vamos a pista y salida con el clásico empujón. El avión se va al aire en unos tres metros de carreteo y sin meter el morro, suelto mandos y me sorprende lo rectilíneo de su trayectoria. Trimo un par de puntos profundidad abajo, que al poco tiempo retiraré. No toco el trim de alerores. Inicio el primer giro y viendo su nobleza no tomo mucha altura. El motor no va fino. Primera pasada, ¿ya está? ¿eso es todo lo que tiene que ofrecer? Lo noto lento...

La confianza que me transmite hace que me decida a no abandonar el circuito desde el primer giro, con ello, su primer vuelo se convierte en entrenamiento.

Los recorridos me parecen los correctos, el comportamiento es el esperado y las vueltas se suceden. La tendencia a meter el ala tras los giros dos y tres es nula.

Tras probar la pérdida (no mete nada el ala) me dirijo a cabecera de pista para aterrizaje. Intuyéndome que meta el morro por la posición del tren, realizo la toma todo lo suave que puedo.

Aún así en el carreteo final y con palanca de profundidad todo arriba, intenta clavar el morro. ¡Y hablamos de pista de asfalto! No me quiero imaginar lo que hará en tierra. ¡Muy bonita la estética del tren pero desacertada su posición! Eso sí, no resulta nada fácil hacerlo botar.

Al siguiente vuelo y comprobado su buen comportamiento, me permito el lujo de pasárselo a mi mecánico, menos acostrumbrado a modelos rápidos. Su vuelo suave y seguro confirma la nobleza del modelo. Al finalizar el tercer vuelo, el patín extra-largo de cola parte. El acero es un poco fino. Recogemos y otro día habrá más.

Conclusión: Vuela bien, muy estable. Tal vez un poco más que el su primo-hermano Viper. No obstante las diferencias son mínimas. No lo he observado especialmente rápido, incluso en el primer momento me ha parecido un poco lento. Cuando afine mi MVVS y comience a tomar tiempos, veremos si la cosa cambia.

Veredicto: Adoleciendo que los mismos problemas que su directo competidor y a pesar de competitivo precio y diseño moderno, se lleva un aprobado justito.

Lo bueno: ARF y precio. Estética. Vuelo muy estable.

Lo malo: Bancada de motor, fuselaje algo débil, tren de aterrizaje.

La elección: Ni Viper ni Gran Chelem.

VeraMar Q500. Producto nacional. Con la mayoria de los problemas de sus hermanos comerciales solucionados. Bien diseñado, en peso, fiable, robusto y rápido. Yo lo tengo claro.

Flyingnurse.